jueves, noviembre 30, 2006

Frustración lingüística

No es que me queje de que no me entiendan, que al fin y al cabo es su problema y ellos se lo pierden, sino que me quejo de que no se les entiende a ellos. ¡Si ni siquiera ellos mismos se entienden cuando hablan!
Tienen tan asumido el hecho de que, aun hablando todos inglés, cada uno lo hace a la manera que Dios le dio a entender, que te lo dicen así, sin complicaciones: "Es que no entiendo la mitad de lo que dice fulanito porque es de no-sé-dónde". Pues imagínate yo, que me quedé atrancado cuando dijo hello...

Entonces se creen que en todo el mundo y con todos los idiomas pasa igual y vienen las confusiones porque me preguntan si yo, como español, puedo entender lo que dice un mejicano, un colombiano o un argentino. Pues oiga, sí, claro que puedo, que aquí los que no sabéis ni qué leches dice el vecino aunque hable en vuestro mismo idioma sois vosotros.

Qué paciencia hay que tener con ellos, madre mía.

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miércoles, noviembre 29, 2006

La DALIA NEGRA (Brian De Palma, 2006)

Comentaba hace unos días mis planes para ir al cine por aquí, y con lo que no contaba es con que la película de Eastwood, 'Banderas de nuestros padres', durase apenas tres semanas en cartelera, la última de ellas proyectándose sólo en una sala. Sin embargo, creo que el estreno en España se ha retrasado y no tendré problemas para verla a la vuelta.



También comentaba que ya había visto lo que había hecho De Palma con 'La Dalia Negra'.

Una historia de Ellroy es lo que necesitaba De Palma para darle solidez a su siguiente proyecto, aferrarse a un buen guión y no perderse en sus virtuosismos ni en sus planos-secuencias eternos. Pero resulta que ni con esas...


Aceptando los cambios de guión que se producen casi siempre que se adapta una novela, la "simplificación" de la trama que tiene como protagonista a Lee Blanchard (Aaron Eckhart) y su resolución de manera que quede integrada en el desenlace de la película me parece una mala solución. De igual manera me parece que la elección de Eckhart para el personaje es nefasta. Aparte de que el guión desaprovecha un personaje que en la novela tiene mucho más background y mucho más significado (su pasado y sus motivaciones se pretenden explicar en la película con UNA SOLA FRASE sobre su hermana pronunciada por el personaje de Lake; por supuesto, tampoco se profundiza en su relación con Kay), Eckhart sólo sabe resoplar y poner cara de estar furioso sin que sepa hacernos entender por qué.

Siguiendo con la mala elección de actores, la Kay Lake de Scarlett Johansson es un personaje plano que no transmite nada. ¿Esta chica es por la que pierden la cabeza los dos policías? Como hecho de menos la carnalidad de Kim Basinger en L.A. Confidencial...

Y como parece que no estaban contentos con el despropósito, el Bucky Bleichert de Josh Hartnett termina de redondear la faena. EMHO, las dotes interpretativas de Harnett son muy limitadas y aquí no iba a destaparse como buen actor. No me convence ni cuando llora ni cuando va de tipo duro, ni con Kay ni con Madeleine Linscott (Hillary Swank).


¿Tal vez conociendo el libro esperaba demasiado? Sinceramente, aunque piense en esta película como algo independiente y desligado del libro creo que es muy flojita y que sólo sirve como entretenimiento y por la recreación de la época.



Resumiendo: de nuevo había ido al cine con ganas de ver si De Palma por fin nos sorprendía con una película redonda y me tuve que ir a casa pensando que, no sólo no lo había conseguido, sino que esta vez no se había quedado ni cerca.

Lo mejor de la película, el TRAILER.

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lunes, noviembre 27, 2006

Frustración meteorológica

Una de las cosas que más me gusta de Madrid es pasear por sus calles de madrugada, cuando la gente y los coches van de retirada.

Por lo que he visto de Calgary cuando se pone el sol, estoy seguro de que también me gustaría hacerlo aquí pero a esas horas de la noche tenemos entre veinticinco y treinta grados bajo cero.

Que le vamos a hacer, no puedo esperar a que llegue el verano...

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domingo, noviembre 26, 2006

HALF NELSON (Ryan Fleck, 2006)


Para despedirse de nosotros antes de volver a Oxford después del tiempo pasado en Calgary, un compañero del laboratorio nos llevó a cenar a un restaurante tibetano y a la salida algunos nos fuimos al cine.
Como no sabía que íbamos a ir, no había echado un vistazo a la cartelera y no tuve más remedio que aceptar la película que propusieron y que resultó ser esta 'Half Nelson' que da nombre a la entrada (TRAILER).


La película habla de Dan Dunne (el para mí desconocido hasta la fecha Ryan Gosling), joven profesor de Historia y entrenador del equipo femenino de baloncesto en un instituto, empeñado como maestro en hacer aprender a sus alumnos a pensar por sí mismos sobre lo que nos enseña la Historia en lugar de seguir al pie de la letra los libros y los temarios del centro. Pero esta película no es otra historia sobre cómo un buen profesor hace "ver la luz" a sus alumnos de barrio pobre y marginal y donde éstos se dan cuenta de que sus vidas tienen sentido si luchan y se esfuerzan por salir del ghetto.

La película habla de los problemas de Dan con las drogas y de sus relaciones de pareja (su ex y sus ocasionales ligues). Pero no es una película que trate el problema de la adicción y la superación personal que supone el abandonar la droga ni de las segundas oportunidades en el amor.

La película habla de Drey (Shareeka Epps), alumna de Dan en el instituto que vive sola con una madre que tiene que trabajar todo el día para sacar adelante la casa. Amiga del camello del barrio, Frank (Anthonie Mackie), se saca unos dólares haciendo entregas para él. Pero esta película no cuenta cómo se pierden en las drogas los jóvenes del barrio marginal ni cómo la protagonista consigue sobreponerse a su ambiente.



La película habla de Dan y de todo lo que sabe que hace mal, de su intención de proteger a Drey cuando no puede salvarse a sí mismo.

La película habla de Drey y del mundo que la rodea: su madre ausente todo el día, su hermano, su amigo Frank.

La película habla del día que Drey descubre el secreto de Dan.



No esperéis historias de autosuperación, ya digo que la película no va de eso. No hay moraleja, no hay tirones de orejas, no hay buenos, no hay malos: sólo hay una historia que pasa delante del espectador. Y una amistad.

Cosas que pasan todos los días en todas partes.

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viernes, noviembre 24, 2006

Frustración textil

Sin bolsillo delante para las manos.

Sin cremallera.

Y sin capucha.


Sí que se me está haciendo difícil comprarme una sudadera en las tiendas de aquí.

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miércoles, noviembre 22, 2006

Voy a hacerme minimalista

Lo tengo decidido.


Mi primera intención era hacerme mileniarista, pero tuve que rechazar la idea porque no es mi estilo subirme descalzo a las mesas ni besar a señores con barba y no creo que Sánchez Dragó me invitara a uno de sus programas (¡cojones, ya!). Además, no creo que pueda mantener abierto este blog hasta que llegue el año 3000.

Mi segunda opción era hacerme mileurista. Y de nuevo tuve que rechazar la idea porque si repasamos todos mis sueldos desde que empecé a cobrar podemos comprobar que mileurista es lo único que he sido hasta ahora.

Así que esta última semana he estado reflexionando sobre el futuro del blog y he decidido que voy a hacerme minimalista: voy a dejar de escribir entradas largas y sólo pondré entradas con un par de párrafos. Y así, de paso, a ver si actualizo más a menudo.


Nos vemos.

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miércoles, noviembre 15, 2006

Futuros becarios

Sobra cualquier comentario...



Viñeta de Forges en El País del pasado domingo 12 de noviembre

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lunes, noviembre 13, 2006

Un urbanita perdido en Alberta (2)


Nos habíamos quedado el último día en que unos mejicanos locos pretendían hacerme subir en el cacharro de la foto anterior, la Banff Góndola, y además pagar 23 dólares y medio. Pero lo que realmente a vosotros os interesa es... ¿te llegaste a subir en el teleférico?

Bien, primero tengo que explicaros que usando el teleférico se tarda 5 minutos en llegar a la plataforma de arriba (que no a la parte más alta, ojo, que después todavía hay que andar un buen trecho), mientras que si se hace a patita la cosa puede llevar más de dos horas porque el camino de subida serpentea a lo largo de toda la falda de la montaña. Así que era elegir entre cinco minutos de horror, palidez y sudores fríos o esperar abajo preguntándome qué diantre habría arriba.

Y subí...



Cada una de las cabinas del teleférico tiene capacidad para cuatro personas, dos buscando con la vista la prometida plataforma de arriba y dos viendo cómo dejas atrás la seguridad del suelo firme (como en el caso de la foto de arriba). No me preguntéis mucho acerca de lo que se veía porque tenía otras cosas en las que pensar como a qué altura estaríamos respecto al suelo, cuál sería la estadística de accidentes de semejante invento o cómo puede ser que 5 minutos duren más de una hora. Por lo que me han dicho era todo muy bonito...



Una vez transcurridos esos 5 minutos (que a mí me parecieron más pero mi reloj no suele mentirme) llegamos a la plataforma que hay en la parte superior de Sulphur Mountain. Desde allí, rodeados de turistas japoneses, se puede ver el valle del río Bow. Como podéis ver el río gira y se retuerce por donde le dejan las montañas. A la izquierda se puede ver la ciudad de Banff y, sobre todo y a pesar de la distancia, su calle principal. A su derecha, en el centro de la foto, esa montaña que aparece separada del resto y que el río rodea es Tunnel Mountain. Y a los pies de Tunnel Mountain, pero al otro lado del río Bow, se encuentra otro hotel construido a modo de château, el Fairmont Banff Springs Hotel, con sus pistas deportivas y un campo de golf que se distingue a la perfección y que corre paralelo al río.

Por si alguien no es capaz de ver bien el hotel, no hay problema: un poco de zoom y arreglado.



¿Se ve mejor ahora? Perfecto.

En su interior el hotel está lleno de salas alfombradas con sillones y chimenea donde fumar en pipa o leer el periódico, todas decoradas con armaduras y escudos de armas (pobrecitos, que no han tenido edad media con castillos de verdad, caballeros en armadura y doncellas de rubias melenas).
En la antesala al comedor hay un hombre sentado frente a un piano y una foto suya cuyo pie nos cuenta que es el pianista del hotel desde el año 1971 (si en la foto junto a él hubiera estado Jack Torrance no me hubiera extrañado lo más mínimo). Si las propinas que tiene en la copa de coñac que hay sobre el piano son una muestra de lo que recibe cada día de los clientes del hotel, yo habría dejado de tocar el piano hace años. Aunque si las propinas se las dan por tener que aguantar a cada turista japonés que entra en el hotel y se quiere hacer una foto con él, no sólo se las tiene bien merecidas sino que, a mi modo de ver, tiene ganado el cielo por su santa paciencia.

Volvamos a la cima de la montaña...



Una vez llegados a la cima, y después de haber contemplado el valle del Bow (que ahora queda a nuestra derecha), todavía queda un trecho por recorrer para que termine nuestra visita a Banff porque tenemos que llegar al pico que se ve allí al fondo, el Sanson Peak, donde se encuentra una estación meteorológica ya en desuso que data de principios del siglo XX.

Pues nada, vayamos hasta allí y confiemos en que estas plataformas de madera que han colocado entre ambos picos aguanten a todos los turistas japoneses y sus cámaras de vídeo.



De acuerdo, ya llevo andado todo este trecho y los escalones, que ya sólo son para arriba, no se acaban nunca. ¿Seguro que vale la pena ir hasta el final del camino? ¡Si ni tan siquiera hemos visto las famosas cabras montesas que nos han anunciado por todas partes!

En fin, seguiremos caminando...



Por fin, al final del camino llegamos a lo alto de Sanson Peak y encontramos la estación meteorológica. En el lugar que antaño ocupara la puerta ahora hay una vidrio transparente para que la gente pueda ver la caseta por dentro: en apenas nueve metros cuadrados hay una cama, una mesa, una silla y estanterías para colocar el instrumental necesario y la suficiente comida para pasar allí períodos de hasta tres meses, generalmente en invierno (que ya son ganas, ¿o no?).

Este pico es el final de esta cadena de montañas por lo que desde aquí podemos ver un valle completamente alfombrado por árboles a nuestra izquierda, el valle y el río Bow (que ya hemos visto hace unas cuantas fotografías) a nuestra derecha y en nuestro frente...



Aquí arriba, rodeado de valles por todos lados menos por el camino que nos une a la plataforma del teleférico, me acuerdo de este verano en Galicia cuando subimos (madre mía, qué carretera) hasta el Monte de Santa Tecla. Entonces, en lugar de valles verdes cubiertos de árboles que nos rodearan por todas partes, sólo podíamos ver azul: a la izquierda el Miño, a la derecha el océano Atlántico y en nuestro frente la desembocadura y el agua dulce mezclándose con la salada. Y en la cima, un grupo de amigos, pequeños pero alegres.

Pues eso: pequeño pero alegre.





Ya sólo nos queda bajar. Me está empezando a entrar hambre, ¿podemos parar en Banff a comer algo?

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domingo, noviembre 12, 2006

Un urbanita perdido en Alberta (1)

Hace unas semanas, la persona que me sirve de excusa en casa para hablar español (o lo que es lo mismo, mi compañero de piso mejicano), que acababa de volver de ver a su familia, me invitó a una excursión por las Rocosas Canadienses. Y como llevaba dos semanas sin poder decir ni una palabra en cristiano y no había tenido oportunidad de conocer la región, allá que me fui.

Nos montamos en el coche y pusimos rumbo a las montañas. Nuestro objetivo: el Parque Nacional de Banff, y más concretamente visitar Lake Louise, Banff y Johnston Canyon.


Si hay una cosa que te llama la atención cuando estás a punto de aterrizar en Calgary es que todo lo que ves desde la ventanilla del avión es algo que parece una ciudad y nada más: alrededor solamente hay terreno llano, kilómetros y kilómetros de llanura en torno a la ciudad. Incluso la propia ciudad está como desparramada, ocupando la mayor cantidad posible de espacio en todas direcciones, y sólo parece crecer a lo alto y querer hacerse llamar "ciudad" en la zona de negocios, el downtown, donde los rascacielos se multiplican y compiten por ver quién es el más alto. Así que no es de extrañar que, una vez nos hemos puesto en marcha y aunque estemos a más de hora y media de nuestro destino, podamos ver las montañas fácilmente.



El paisaje no puede ser más apropiado para una road-movie. Yo estoy por sacar la mano por la ventanilla (he visto demasiada tele, ¿qué pasa?) pero seguro que mis compañeras de viaje preferirían encontrar un autoestopista a lo Brad Pitt.



Antes de entrar al Parque Nacional nos desviamos de la carretera para atravesar Canmore, pueblo desde el que podemos ver los tres picos de 'Las Tres Hermanas'.

Una vez dentro del parque nos dirigimos en primer lugar hacia la zona de Lake Louise. Abrigados convenientemente porque, además de que la temperatura ronda los cero grados, el viento hace que la sensación sea de estar en el mismísimo polo norte, nos quedamos sin habla al ver el lago y lo que lo rodea.



Agua azul y transparente, bosques verdes para pasear y montañas nevadas.

Y silencio, mucho silencio.



Para el que se lo pueda permitir, y construido semejando un castillo, el Fairmont Château Lake Louise se alza en la misma orilla del lago.



Después de pasear por dentro del hotel (y ver el salón-comedor y sus impresionantes vistas al lago), nos despedimos con una última fotografía del lago, las montañas y la nieve... y una familia española (siempre con el radar puesto por si escucho hablar "mi lengua").



Sobrecogidos por lo que la naturaleza nos puede llegar a ofrecer, montamos de nuevo en el coche y ponemos rumbo a Banff y alrededores.


Una vez llegados a Banff comprobamos que el pueblo ocupa poco más que una calle principal. Desde cualquier punto de ésta se puede ver, en una dirección, Cascade Mountain, y en la otra, Sulphur Mountain, que es nuestro destino (aunque yo no lo sabía y mi buen disgusto me iba a costar).

Conforme nos acercamos al pie de Sulphur Mountain y voy leyendo los carteles, empiezo a temerme lo peor. Apenas cinco minutos después puedo comprobar lo que me venía temiendo: la intención de mis acompañantes es subir a lo alto de la montaña, ¡pero no precisamente en coche o caminando!



Increíble. Estos mejicanos (que no conocen mi "cariño" por los medios de transporte que no estén en contacto con el suelo) quieren que me monte en el teleférico de la foto, la Banff Góndola, que salva una altura de 700 metros en unos (angustiosos) 5 minutos gracias a tres torres y a una pendiente media del 51%. ¡Y encima de hacerme pasar un mal rato pretenden cobrarme 23 dólares y medio!

Voy a tener que empezar a buscar una muy buena excusa para no subirme ahí...




PD: Si no habéis tenido suficiente con estas fotografías (que se ven mucho más grandes si pincháis en ellas), la mayoría de los enlaces del texto, sobre todo si hacen referencia a un lugar, son o contienen más fotografías para disfrutar del paisaje.

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lunes, noviembre 06, 2006

Balas en la recámara

Ya os contaba hace unos días que para combatir mi mal de Murphy particular me guardaba algunas balas en la recámara.

La mencionada recámara no es otra cosa que la memoria de mi portátil (ampliada gracias a una buena pila de DVDs grabables) y las balas, las amables contribuciones en forma de películas de gente anónima que decide compartir sus archivos en la red.


La primera película que he visto es una que no pude ver en el cine en su día por lo poco que duró en cartelera.

Se trata de '16 Calles' ('16 Blocks', 2006), del supermánico, ladyhalcónico y armaletalérico Richard Donner. En la peli, un estupendo Bruce Willis hace de un poli en horas muy, muy bajas que recibe el encargo de trasladar hasta el juzgado a un preso (interpretado por el rapero Mos Def), dieciseis manzanas más allá de la comisaría donde se encuentran. Pero todo se complica cuando intentan asesinar al detenido y más aún cuando Willis se entera de que los que lo pretenden son policías compañeros suyos. Uno de ellos es el que fuera su amigo y compañero, un siempre acertado David Morse, que a partir de entonces no parará hasta darles caza a ambos, amigo y preso.

Debe ser muy recomendable, porque el amigo Lord y yo coincidimos en que deberíais verla. Para los indecisos, podéis ver el trailer de la película a ver si eso os anima.





La segunda película es la comedia ochentera 'Todo en un día' ('Ferris Bueller’s day off', 1986), de John Hughes.

En ésta, Matthew Broderick (ya bastante crecidito como para seguir en la escuela) decide que hace un día estupendo para cualquier cosa menos para ir a clase. Así que convence a su amigo Cameron y a su novia Sloane para intentar hacer todo lo que les apetezca en un día, desde conducir el Ferrari del padre de Cameron hasta colarse en un restaurante de lujo.

Vale que no deja de ser una comedia juvenil sin ninguna pretensión más que la de pasar hora y media viendo cómo todo le sale bien al tal Ferris Bueller (y mal al director de la escuela, interpretado por Jeffrey Jones), pero debo haberla visto más de 15 veces y todavía me sigo divirtiendo con ella. Para los que se diviertan con ella tanto como yo, en esta página podéis rememorar la película casi completa, incluyendo archivos de sonido de algunas escenas: cuando entran en el garaje del padre de Cameron y ven el Ferrari (mientras empieza a sonar el 'Oh, Yeah!'), cuando Ferris convence a Cameron de que harán retroceder el cuentakilómetros dando marcha atrás, la grabación que tiene Ferris conectada con el timbre de la puerta fingiendo estar enfermo, la enfermera que le envían para que se mejore, cualquiera de las dos escenas que tiene Charlie Sheen con la hermana de Ferris en la comisaría o la escena en la que vemos el destino del Ferrari.

Un par de apuntes más. El primero es que la hermana de Ferris es Jennifer Grey, que el año siguiente haría la ñoña hasta decir basta 'Dirty Dancing'. El segundo es que, si gracias a esta entrada os da por revisar la película, estad atentos a la escena en la que Broderick acude a la escuela disfrazado para recoger a Sloane haciéndose pasar por su padre. ¿Acaso estaba ya ensayando para el papel de inspector Gadget?





La última película de hoy es la magnífica comedia española 'Atraco a las tres' (1962), de José María Forqué.

Cuando Fernando Galindo (un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo...), cajero de una sucursal bancaria, se entera de que van a dar vacaciones forzosas al que es desde hace años el director de la misma decide que ha llegado el momento de llevar a cabo el plan que ha estado madurando durante tanto tiempo: atracar su lugar de trabajo. Y para ello, convence al resto de sus compañeros de trabajo de que tiene un plan perfecto que les hará millonarios...

José Luis López Vázquez es Galindo, el cerebro de la banda, y Gracita Morales (Enriqueta), Cassen (Martínez), Manuel Alexandre (Benítez), Agustín González (Cordero) y Alfredo Landa (Castrillo) sus compañeros en el banco y cómplices en el atraco. Mientras van preparando el atraco vemos cómo son las vidas de cada uno y para qué quieren el dinero del robo, siempre con un toque agridulce porque no puedes dejar de pensar que al fin y al cabo no son más que unos pobres desgraciados que no van a poder salir victoriosos de su empresa. O tal vez sí...

Unos actores que bordan sus papeles, diálogos rápidos (firme aquí, donde dice "imponente" que es lo que debe decir...) y gags memorables dignos del mejor Hollywood clásico, pero con el tamiz de la realidad española de hace cuarenta años. Muy recomendable para los que siempre reniegan del cine español y piensan que aquí no se puede (ni nunca se ha podido) hacer buenas películas o los que creen que la comedia española es la de suecas y playa o la de Pajares y Esteso.

Acabo con una curiosidad personal. Al comienzo de la película se ve a todos nuestros protagonistas levantarse y arreglarse para ir a trabajar al banco. Si os fijáis en el método que usa Manuel Alexandre para tener planchados los pantalones podréis haceros una idea de cómo me manejo yo con las tareas domésticas.




Y eso es todo por hoy. Se despide de vosotros Ricardo G(alindo), un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo...

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domingo, noviembre 05, 2006

Fiebre del sábado noche

Además de haber venido con la memoria del portátil repleta de música (y un mp3 para los viajes, gracias chicos), de vez en cuanto me gusta no sólo oír música sino verla.


Este fin de semana paseando por las Desbarradas de Akin, he vuelto a caer en las redes de YouTube. Es como las pipas, empiezas y es un no parar: al acabar un vídeo, buscas y pinchas otro de los que aparecen relacionados en la columna adyacente.

Hoy toca sesión de autor patrio, asturiano para más señas. Aunque siempre va detrás de Ana Belén a la hora de nombrarlos (¿será por seguir un orden alfabético? ¿será que hay que dejar pasar a las damas primero?), sus canciones son siempre las que más pasiones despiertan entre el público de sus conciertos. Estoy hablando, por supuesto, de Víctor Manuel.

Como ya le pisé un vídeo a Lord en la última entrada, esta vez no voy a repetir los que ya ha puesto Akin en su blog, pero os dejo los enlaces: 'A dónde irán los besos' y tres canciones de la mina ('Traigo la camisa roja', 'El abuelo Vítor' y 'La planta 14').

Y a partir de ahora, sólo música, nada de texto.



'Nada nuevo bajo el sol'



'Cruzar los brazos'



'La madre'



'Asturias'



'Sólo pienso en ti'




Así es como he pasado la noche del sábado.

He procurado alternarlas según lo que me producen, procurando ir de menos a más y no colocando dos seguidas de las que me ponen un nudo en la garganta. Pero aún así, todas seguidas son demasiado para mi termómetro emocional.

Voy a ver si duermo un poco y se me pasa.

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miércoles, noviembre 01, 2006

La vuelta al mundo del Peras-Zoidberg

Aprovecho que en esos lares es aún Halloween para contaros una cosa relacionada con este blog (y de paso, a ver si alguien me da una explicación).


Como podéis ver, debido a que no tengo mucha idea sobre cómo hacer ciertas cosas para darle un toque más personal al blog, esta página es más bien simple, una plantilla negra y poca cosa más. Con deciros que al principio no sabía poner los títulos de las entradas...

El caso es que hace un par de meses puse el extreme tracking, por curiosidad, y lo único que he conseguido es estar cada vez más intrigado con las cosas que veo. Pero entre todas, hay una que se lleva la palma.


La historia debió comenzar allá por el mes de julio cuando escribí acerca de la Asturcon de este año, pero yo no me he enterado hasta hace apenas mes y medio. Echando una ojeada a las visitas que recibía este blog, empecé a darme cuenta de que aumentaba el número de visitantes extranjeros y, más concretamente, de visitantes que accedían al mismo a través de un enlace de búsqueda en imágenes de Google. Lo curioso del caso es que a través del enlace se llega a una imagen que yo no he puesto en el blog. En su lugar puse un enlace a la misma porque se encuentra alojada en la web de imageshack. Como la curiosidad empezaba a poder conmigo, fui a imágenes de Google e intenté hacer yo la búsqueda pero cual no fue mi sorpresa al ver que no había ningún resultado que remitiera a mi blog.

Aún a pesar de estas dos curiosidades, no le habría prestado más atención al tema si no fuera porque de comenzar siendo una o dos visitas al día (sobre una media de siete) han pasado a ser actualmente cerca de diez visitas diarias de una media de catorce. Y la cosa sigue aumentando rápidamente...


A día de hoy (alrededor de la medianoche: dejamos Halloween y empezamos Todos los Santos), y contando sólo los últimos dos meses, 126 personas han visitado este blog en busca de esa imagen de un total de casi 400 visitantes. Ya sea buscando "zoidberg" a secas (94) o alguna de sus variantes como "futurama zoidberg" (7), "drzoidberg" (7) o "doctor zoidberg" (3), o mediante búsquedas más acordes con estas fechas y la afición por disfrazarse como "disfraces de miedo" (15), medio mundo a podido ver al Peras con su estupendo (no en vano ganó el concurso de la Espicha) disfraz del doctor Zoidberg: Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia, Francia, República Checa, Austria, Alemania, Suiza, Islandia, México, Chile, Argentina, Colombia y, por supuesto, España.


Bueno, pues vamos a darles una razón para que sigan entrando y esta vez sí encuentren lo que buscan. He aquí la foto:



¿Sabrá el Peras que ha viajado por medio mundo disfrazado de esta guisa?




Y ya que hablamos de disfraces, vamos a terminar con más disfraces y algo de música. Un vídeo que tomo prestado del blog de Lord (vía YouTube), para que luego me diga que si no le leo, el joío:





Fantasmagóricos saludos.

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