jueves, abril 26, 2007

"Hormigas" literarias (un meme)

Me conmina a Errantus a que realice un meme literario y, por supuesto, no puedo negarme.
Copio-pego el tema del meme:


Es fácil: copia el párrafo segundo de la página 139 del libro que estés leyendo en ese momento. Se presupone, pues, que te gusta leer y que tienes tiempo para ello.


Así que aprovecho que, por distintas causas, llevo encima tres libros y empiezo a memear. Los fragmentos van sin título aunque con un enlace a la ficha del libro en la Tercera Fundación para que el que ande aburrido puede jugar a tratar de adivinarlo y/o para que el que le guste lo leído pueda añadirlo a su pila.


-No puedo creer que todavía uses las expulsiones -dijo la madre de Chelsea-. Ahora todo el mundo usa las retenciones.
-¿Retenciones? -pregunté yo.
-Sujetas al niño inmovilizado contra tu regazo hasta que la conducta negativa cesa. Produce una sensación de seguridad interceptiva.


(ficha del libro)


Gonn y Ahmed huyeron hacia arriba en una nocturna explosión de murciélagos que se precipitaban fuera de las cuevas para alimentarse con vientos de langostas, mariposas nocturnas y mosquitos.

(ficha del libro)


Por primera vez sentí un horror indefinible, pero no así mi criado.
-Supongo que no pensarán que ya hemos caído en una trampa, señor. Puede hacer saltar esta puerta de una sola patada.
-Prueba primero a abrirla con la mano -sugerí, sacudiéndome la vaga aprensión que se había apoderado de mí- mientras yo abro los postigos y veo lo que hay fuera.
Abrí los postigos. La ventana daba al pequeño patio trasero que he descrito antes. No había el menor saliente, nada que rompiera la caída de la pared. Ningún hombre que saliera por aquella ventana encontraría donde apoyar los pies hasta alcanzar las piedras de abajo.


(ficha del libro)


Los libros son, por orden, una recomendación a la que no he podido decir que no, un cuento para niños (de éste, como tiene menos de 139 páginas, he abierto una al azar y ha salido la 37) y una recopilación de relatos en proceso de relectura.

Y ahora, a seguir la cadena del meme.
Se lo mandaría a Lord pero no sé si tendrá algún libro a mano. También se lo mandaría al Perenquén pero está visto que no se decide ni a actualizar ni a abrir un blog nuevo. Así que los invitados (si no lo han sido ya desde otro blog y han cumplido su penitencia) a ponernos un parrafito de lo que leen actualmente son Enric (aka Vaderetro) y Ferio.

Y ahora me vuelvo a seguir trabajando.

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lunes, abril 23, 2007

Exceso de celo

Aquellos tipos debían estar esperándome. En cuanto puse un pie en la calle me cogieron por los brazos y, al vuelo, me metieron en su vehículo.
- Pero, ¿qué demonios...?
Cuando quise empezar a protestar ya habían puesto en marcha el coche y me conducían a toda velocidad a las afueras. Durante los siguientes minutos me dediqué a interesarme amablemente por la profesión de la madre de uno, para a continuación pasar a preguntar acerca de la conocida gran amabilidad de la mujer del otro con los fontaneros. Creo que acerté al menos en una de mis predicciones porque un gran puño impactó de repente contra mi cabeza, haciendo aparecer de la nada una bandada de pájaros empeñados en pasar frente a mis ojos como en un carrusel de feria justo un instante antes de que comenzara a verlo todo negro, negrura que creo adivinar estaba relacionada con el hecho de que me desmayé.

Me desperté sentado en una silla sin respaldo en un cuarto pequeño, a oscuras y frente a una ventana por la que desfilaban los seres más extraños que había visto en mi vida.
- Dígame, ¿reconoce a alguno de esos?- me preguntó el que parecía llevar la voz cantante en el asunto y en el que reconocí al que me había dejado KO de una caricia.
Medité unos segundos mi respuesta mientras observaba con asombro a aquellos seres. La respuesta me parecía fácil pero intuí que los dos mastodontes que me habían obligado a acompañarles no iban a aceptar que les diera simplemente un no y me fuera de rositas. ¿Qué podía hacer? La verdad es que no sabía qué demonios eran aquellas cosas ni qué clase de relación podían tener conmigo.
- No me suena ninguno- comencé a decir.- ¿De qué se supone que debo conocerlos?
Que el segundo tipo hiciera que mi cuerpo abandonara la silla y recorriera un par de metros por el suelo me hizo adivinar que mi respuesta no había sido la correcta, o al menos la que ellos esperaban. Por el rabillo del ojo vi como sonreía: debía estar disfrutando de lo lindo el muy bestia.
- Venga, palurdo, no te hagas el inocente- dijo el charlatán del dúo.- Sabemos que todos los años te visitan en primavera.
Aun estando dolorido por el último golpe recibido esta última frase pareció abrir una puerta en mi sesera y dejar pasar algo de luz. Cuando esas luces desaparecieron pude pensar con claridad y de pronto recordé donde había visto aquellas cosas que flotaban tras la ventana. Lentamente eché mano al bolsillo y saqué de la cartera una vieja fotografía de mis tiempos de estudiante...



Ahora mismo kilos y kilos de inmunoglobulina E recorren mi torrente sanguíneo mientras millones de mastocitos se refocilan degranulándose por todo mi organismo originando una liberación masiva de histamina. Este exceso de celo de mi sistema inmune, esta huelga a la japonesa, no hace sino "alegrarme" el día porque me hace estar seguro de que la alergia ya está aquí (de nuevo).

Disfrutad del Día del Libro y de la Noche de los Libros que yo intentaré hacer lo propio en este tercer aniversario de vida pública de mi alter ego.

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lunes, abril 16, 2007

El problema de probabilidad de 'El curioso incidente del perro a medianoche'

Las últimas vacaciones de Semana Santa me han servido, aparte de para no hacer nada de nada (literalmente) durante horas, para terminar un par de libros: en primer lugar el que ya tenía entre manos, y del que tarde o temprano terminaré hablando aquí porque es un libro que me ha encantado, y luego el que tenía pendiente desde que me lo regalaron en enero.


Este último libro es 'El curioso incidente del perro a medianoche' de Mark Haddon, en el que el autor utiliza el punto de vista de un niño autista para, a partir del curioso incidente del título, acercarnos a su particular forma de ver y entender el mundo que le rodea.

Se trata de un libro que se lee rápidamente, muy ameno y entretenido, ágil a la hora de presentar la acción y que hace fácil entender las características y peculiaridades del tipo de autismo del protagonista.

Sin embargo, si he traído a colación este libro es para hablar del problema de probabilidades que, en un momento determinado, comenta en su libro el niño protagonista y que os copio a continuación.


El problema de Monty Hall:

Estás en un concurso en la televisión. En este concurso la idea es ganar como premio un coche. El locutor del programa te enseña tres puertas. Dice que hay un coche detrás de una de las puertas y que detrás de las otras dos hay cabras. Te pide que elijas una puerta. Tú eliges una puerta, que no se abre todavía. Entonces, el locutor abre una de las puertas que tú no has elegido y muestra una cabra (porque él sabe lo que hay detrás de las puertas). Entonces dice que tienes una última oportunidad antes de que las puertas se abran y consigas un coche o una cabra. Te pregunta si quieres cambiar de idea y elegir la otra puerta sin abrir. ¿Qué debes hacer?


La solución que se da al problema es que se debe cambiar la puerta elegida ya que haciéndolo se tiene un 66,67% de probabilidades de ganar el coche. Se utilizan dos formas para justificar que, cambiando de puerta, 2 veces de 3 ganas el coche: la demostración según el desarrollo matemático y otra demostración más visual que reproduzco a continuación.



Efectivamente, como se demuestra en este diagrama, cambiando de puerta (opciones en verde) 2 de cada 3 veces ganarías el coche, mientras que si decides quedarte con la puerta que elegiste (opciones en naranja) sólo ganarías el coche 1 de cada 3 veces. Pero...


Pero entonces es cuando repaso de nuevo el enunciado y me surge un problema con esta solución porque, según podemos leer, después de que hayamos elegido nuestra puerta el presentador abre una de las otras dos puertas y nos enseña que tras ella hay una cabra. Por tanto, y siempre en mi opinión, el diagrama anterior ya no es válido y debería quedarnos uno tal que así:



Como podemos ver, una de las puertas desaparecería (opciones en gris) porque ya sabemos que detrás hay una cabra (y porque sabiendo que hay una cabra no vamos a elegirla a la hora de hacer el cambio de puerta) y nos quedarían dos puertas: la nuestra y la otra. En esta nueva situación, tanto si elegimos quedarnos la nuestra (naranja) como si elegimos cambiarla (verde), las probabilidades de que ganar el coche son las mismas, esto es, del 50%.


Claro, que también es posible que yo me equivoque.

¿Vosotros qué opináis?

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viernes, abril 13, 2007

Simplemente

Como cuando empieza a llover suavemente y en gotas pequeñas mientras en el cielo no hay nubes.

O cuando en las noches de verano comienza una tormenta a lo lejos y puedes olerlo.

O cuando despiertas una mañana de invierno y ves que todo está totalmente nevado.


Entonces cierras los ojos e inspiras profundamente.

Y luego sonríes y sigues adelante.


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viernes, abril 06, 2007

VIAJE ALUCINANTE / CUANDO el DESTINO nos ALCANCE (Richard Fleischer, 1966/1973)

Durante los meses de marzo y abril, la Filmoteca está haciendo un repaso a la filmografía de Richard Fleischer, fallecido hace poco más de un año, lo que me ha permitido volver a ver este par de películas.

(Inciso sobre la Filmoteca: avisados quedáis de que deberíais echar un vistazo al programa de este mes porque comienza un ciclo nuevo, 'Creadores de espacios', en el que se va a hacer un repaso a multitud de clásicos del cine mudo, amén de otras películas no tan antiguas pero clásicos igualmente.)



La primera que he visto ha sido 'Viaje alucinante' ('Fantastic voyage', 1966).

La historia creo que ya la conocéis todos: en el transcurso del intento de asesinato de un científico que posee un importante secreto militar éste queda en coma a causa de un coágulo cerebral. Para la eliminación del coágulo, imposible mediante una operación, se procede a la miniaturización de un submarino y de sus cinco tripulantes, que serán introducidos por la yugular y transportados junto a la sangre hasta el cerebro. Pero sólo tienen 60 minutos para deshacer el coágulo y llegar al punto de salida...


A pesar de los 40 años que han pasado desde su estreno, la película se sigue dejando ver con agrado. Podemos achacarle un cierto toque inocente, que no simplista, y varios errores científicos (errores que pidió poder enmendar el escritor Isaac Asimov en la posterior novelización que hizo a partir del guión original) pero conserva el sentido de la maravilla que debería acompañar a toda película de aventuras que se precie.

Gracias a los enormes decorados y a los efectos visuales descubrimos en nuestro viaje por el cuerpo humano el interior del oído, el intercambio gaseoso en los alveolos pulmonares, la fuerza que acompaña a cada latido del corazón o las fuerzas de seguridad del organismo que nos protegen de infecciones (¡que les pregunten a Raquel Welch o a Donald Pleasance acerca de anticuerpos y glóbulos blancos!).

'Viaje alucinante' es la aventura de explorar lo desconocido, aunque en esta ocasión no sea el espacio exterior sino el espacio interior, el innerspace que años más tarde daría título a esa especie de remake que es 'El chip prodigioso' ('Innerspace', Joe Dante, 1987).



La segunda de las películas de R. Fleischer que he visto durante este ciclo ha sido 'Cuando el destino nos alcance', aunque mucha gente la conoce más por su título original, 'Soylent Green' (1973).


Basada en la novela '¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio!' ('Make room! Make room!, 1966) de Harry Harrison, la película presenta un mundo, allá por el año 2022, con graves problemas de superpoblación y en el que los ricos disponen de todas las comodidades (y que en esta época pueden tratarse de un simple filete de buey o de una pastilla de jabón) mientras que el resto de la población debe acudir regularmente a por sus raciones de agua y de comida, unos preparados alimenticios con forma de galletas y de diferentes colores elaborados por la empresa Soylent.

En la ciudad de Nueva York, el detective Robert Thorn (Charlton Heston), miembro de un cuerpo de policía totalmente corrupto, cuenta con la ayuda de su amigo Sol Roth (Edward G. Robinson) para resolver el asesinato de William Simonson (Joseph Cotten).


'Cuando el destino nos alcance' se aleja totalmente del tono naive de la anterior y recurre a uno de los tópicos de la ciencia ficción: las consecuencias de la superpoblación y de la caída de los recursos del planeta. A pesar de alguna nota "discordante", como el tema del mobiliario que acompaña a cada apartamento, no deja de ser una visión bastante "creíble" de un futuro cercano (la novela original situaba la acción en el año 1999 y la película en el año 2022) teniendo en cuenta hasta donde puede llegar el hombre en el trato a sus semejantes y del tremendo poder de las multinacionales.




Y después de este negro comentario me vuelvo al sillón a disfrutar de lo que me queda de vacaciones.

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martes, abril 03, 2007

300 (Zack Snyder, 2006)


Hago un pequeño parón en mis merecidas vacaciones de Semana Santa para venir a contaros qué me ha parecido '300', la adaptación que ha hecho el director Zack Snyder del cómic (sobre el que recomiendo este enlace) de Frank Miller (TRAILER).


Pues por una vez, y sin que sirva de precedente, voy a tener que estar de acuerdo con el amigo Lord.

Sabiendo que tomamos como punto de partida un cómic que no pretende ni mucho menos ser fiel a la historia original y que se caracteriza precisamente por su poderío visual, no podemos pedir a su adaptación a la gran pantalla más de lo que nos da: un derroche de acción e imágenes espectaculares con la narración de la batalla épica de un reducido grupo de espartanos en el desfiladero de las Termópilas contra todo el ejército persa.


Sí, tal vez hay momentos que nos puedan parecer un poco ridículos (ese Jerjes a la espalda de Leonidas diciéndole que no es su látigo lo que temen sus súbditos), pero es que a veces se nos olvida que el cine se hizo para entretener y, en ocasiones como ésta, hacer disfrutar al personal que va a la sala de proyección. Así que no os dejéis amedrentar por opiniones adversas y corred a verlo por vosotros mismos al cine.

Eso sí, mi recomendación, como siempre, es que elijáis una pantalla grande (para residentes en Madrid capital y alrededores, el Cid Campeador es una muy buena opción) y huyáis siempre de las ridículas minisalas.



En definitiva, dos horas de cine-espectáculo del bueno como llevábamos años sin ver.

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