viernes, marzo 28, 2008

De caza (marzo)

Una de mis aficiones preferidas relacionadas con los libros, aparte de leerlos, es salir "de caza" por las librerías de segunda mano.
Por eso, y porque uno es un poco rarito, a partir de hoy voy a inaugurar una nueva sección (totalmente aperiódica, faltaría más) en la que, en lugar de opinar sobre los libros que leo, hablaré de algunos de los libros que me vaya encontrando en estas "cacerías". Sobra decir que de vosotros espero que me animéis en su lectura o me hagáis ver el error de mi compra.

Para inaugurar la sección, un par de libros que he comprado este mes.



El primero es 'Cántico por Leibowitz', de Walter M. Miller Jr., en la edición de Nova (Ediciones B) de 1992. Buen estado en general, aunque se nota que ha sido leído unas cuantas veces. En la parte superior derecha de la primera página conserva el precio original en pesetas.
Acabo de terminar la primera de las tres partes en que se divide el libro y se me ha hecho algo pesado, aunque con las primeras páginas de la segunda parece que mejora. Ya os contaré cuando lo termine.



El segundo es 'El doctor Moneda Sangrienta', de Philip K. Dick, en la edición de Edhasa Nebulae de 1988. El libro está impecable, como si no hubiera sido abierto, y el lomo es de un color "amarillo pollo" que hace que sea prácticamente imposible no verlo en la estantería. Ahora le toca esperar turno en la pila de libros de Dick.

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miércoles, marzo 26, 2008

Obituario I: Rafael Azcona

Llego a casa tarde, como casi siempre. Me dicen "se ha muerto Azcona". Respondo "¡No jodas! ¿Azcona?". Me dicen que sí, que tenía cáncer. Me quedo pensativo.

Y resulta que ni le conozco ni es de mi familia, y me pregunto a mí mismo por qué me pone triste una noticia como ésta. Pero, si me paro a pensarlo, encuentro fácil la respuesta. Es como si hubiera muerto un amigo. No un amigo del alma, ese por el que te dejarías cortar una mano, pero sí un buen amigo. El amigo que conoces desde hace años, pero del que casi no conoces su vida. Ese que siempre tiene algo alegre para contarte cuando estás abatido, que parece tímido pero te habla con familiaridad, que consigue arrancarte una sonrisa, cuyas historias te han acompañado multitud de tardes y noches de tu vida.



Porque el señor Azcona era el mejor guionista que ha tenido (y tendrá) nunca el cine español.

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Obituario II: Arthur C. Clarke

Al hilo de la entrada anterior, me gustaría también dejar por escrito algo sobre la muerte de Arthur C. Clarke, ocurrida hace una semana.

Sin embargo, tras leer la columna de Fernando Savater en la edición de El País de ayer martes, prefiero entresacar un párrafo que define bastante bien lo que pienso de autores como Clarke o Bradbury y del "poso" que dejan sus libros en la memoria.


"Imagino, claro está, que algún pelmazo aprovechará la ocasión de la muerte de Clarke para recordarnos que eso no es literatura. "Eso" es lo que han hecho Clarke, Bradbury, Isaac Asimov, A. E. van Vogt, Poul Anderson, Robert A. Heinlein, Brian W. Aldiss, Zenna Henderson y otros enemigos del buen gusto y la preceptiva literaria. ¿Malos escritores porque no se parecen a Proust o Thomas Mann? En el mismo sentido que Bob Dylan es un mal cantante porque no juega en la misma liga que Pavarotti. El mundo está lleno de literatos serios cuyas obras olvidamos en cuanto volvemos la última página de sus libros ─en el caso de que lleguemos hasta ahí─ que miran por encima del hombro a los frívolos autores cuyas invenciones nos acompañan una vez leídas toda la vida."


El texto completo, aquí mismo.

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lunes, marzo 24, 2008

Desde que no nos vemos

Desde que no nos vemos, no sé ni donde vivo..., que decía Enrique Urquijo.
No llego a tanto, pero entre unas cosas y otras tengo el blog medio abandonado: lo mismo actualizo cinco veces en doce días que no aparezco en otros veinte.


Han pasado bastantes cosas "desde que no nos vemos" (elecciones generales y Chikilicuatres, por ejemplo), pero lo único que realmente concierne a este blog es que cumplió dos años a primeros de mes, en concreto el día 1 de marzo.

Lo que he dicho en la presentación de la entrada vale para resumir este segundo año de blog: períodos en los que las entradas aparecían a ritmo de dos o tres por semana y "lagunas" de quince o veinte días sin nada nuevo en la bitácora. Han sido 70 entradas (una cada 5,23 días), la mayoría de ellas absolutamente prescindibles excepto, tal vez, para mí. Pero, sobre todo, este segundo año ha sido importante porque ha habido gente que ha pasado por aquí y ha dejado algún comentario: 264 comentarios, mitad de los visitantes, mitad de mis contestaciones.


¿Y qué esperar para este tercer año?
Pues, sinceramente, no lo sé.

Por un lado, temo que las "lagunas" de las que he hablado sean cada vez más frecuentes, pero, por otro lado, tengo ganas de seguir con entradas como las del YMCA y comenzar con otras ideas que me rondan la cabeza continuamente y que siempre pospongo.
Aunque supongo que la manera de descubrir lo que va a suceder es la mar de sencilla: esperemos y veamos qué pasa.

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