miércoles, junio 04, 2008

Por las paredes de León

Tenía pendiente desde hace meses continuar con la serie de fotografías de León que empecé a enseñaros aquí, así que, aparte de escribir esta nueva entrada, he puesto algo de texto a las fotos de aquella otra.

Había empezado el recorrido con fotos de la catedral, así que podemos continuar desde allí mismo.


Nada más salir de la catedral, levantando la cabeza y mirando justo encima de la puerta central, en la parte derecha, podemos ver al arcángel San Miguel que, en los ratos libres en los que no está matando demonios (una de las más típicas formas de representarle, como podemos ver aquí), se dedica a pesar las almas en el Día del Juicio Final, almas que luego son bien cocinadas y sirven de alimento para los demonios. Y digo yo que si las pesa de una en una tampoco es un trabajo extenuante, ya que, según se dice, cada alma apenas pesa 21 gramos.



Después de ver cómo devorarán nuestras almas en el Último Día, si empezamos a caminar hacia la derecha rodeando la catedral y llegamos hasta la puerta de Nuestra Señora de Regla, nos encontramos con esta Anunciación en la pared exterior del claustro.



La otra manera de llegar hasta esta calleja es a través del arco que une la catedral con la muralla de la ciudad: el Arco de Ciendoncellas. Desde luego, si por aquí pasaron en algún momento cien doncellas, debió ser en fila india. Como se puede ver tanto en la foto anterior como en ésta, dos leones dentro de sendos escudos adornan ambas paredes (una constante en la ciudad de, sobra decirlo, León).



La siguiente foto es de una placa de las que recuerdan algún acontecimiento ocurrido en la calle o plaza donde están situadas. En este caso estamos en la Plaza del Grano y, como la placa nos cuenta, en ella encontramos una cruz que ocupa el lugar donde antaño se situaba el cadalso.



Brrr... entre los devoradores de almas y los sitios de ajusticiamiento público, me va a sentar mal la comida, así que vamos a terminar con la canción de juego infantil que nos recuerda esta placa de la calle de la Sal.



Y con pies ligeros me marcho, pero prometo volver con fotos de San Isidoro y de San Marcos.

¡Hasta pronto!


(León, Puente de San Isidro, 2007)

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7 COMENTARIOS:

Blogger perenquén dijo...

Bueno, las almas sólo terminan en el caldero de Pedro Botero cuando pesan más que una pluma. Es habitual en las representaciones de San Miguel como pesador de las almas - un transposición de Osiris y Hermes - la presencia de un diablillo que se cuelga del platillo del alma para inclinarla hacia la perdición eterna.

De la catedral de León, aparte de las vidrieras y de la colección de vírgenes románicas y góticas y el salterio mozárabe de su museo, me parece especialmente hermoso el parteluz del pórtico principal. Ah, y los frescos del claustro que, aunque muy deteriorados, siguen siendo una maravilla.

5 de junio de 2008, 10:03  
Blogger Ricardo G. Yayo dijo...

¿Y cuánto pesa una pluma?

Ay, si es que no haces más que pedir y pedir: también tengo fotos de las vidrieras (desde la plataforma que hay dentro, apenas a 1 metro de ellas) y del parteluz de la puerta central de la fachada principal. Otro día las pongo ;-)

5 de junio de 2008, 10:11  
Blogger perenquén dijo...

Gracias, majo :-)

Por cierto, no es Osiris el pesador de almas de la mitología egipcia, sino Toth.

¿Cuánto pesa una pluma...? ¿21 gramos? Me parece mucho, ¿no?

6 de junio de 2008, 9:52  
Blogger Ricardo G. Yayo dijo...

Depende de la pluma ¿no?
El caso es que si un alma pesa 21 gramos y sólo se condena a las que pesan más que una pluma pues... ¡todos al caldero!

6 de junio de 2008, 10:17  
Blogger perenquén dijo...

Como película póstuma de Berlanga tendría gracia, ¿verdad? :-)

7 de junio de 2008, 16:12  
Blogger Ricardo G. Yayo dijo...

Aghh... No digas esas cosas que luego ya sabes lo que pasa.

9 de junio de 2008, 9:34  
Blogger perenquén dijo...

No te preocupes: mis poderes reptilianos nos protegen... lagarto, lagarto :-S

9 de junio de 2008, 10:57  

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