jueves, abril 06, 2006

ZAPPING: UNA de MÉDICOS

Delante del televisor, como cada noche de martes, espero a que comience ‘House’, una serie de médicos y enfermos, de hospitales y enfermedades, pero, sobre todas las cosas, del doctor Gregory House. El dr. House, jefe del Servicio de Diagnóstico Médico (servicio que forman él y tres médicos jóvenes: un niño rubio y rico, un negro de origen humilde y la chica guapa y lista que se enamora del jefe), odia pasar consulta y tener que ver a unos pacientes de los que se burla sin pudor, pasa olímpicamente de las normas que le impone la gerente del hospital, martiriza a los médicos jóvenes refutando todas sus opiniones, está cojo, se atiborra a calmantes, siempre tiene razón y rebosa acidez por todos sus poros: un ejemplar de primera. Y sin embargo es tan condenadamente bueno en lo suyo...
Para el que todavía no conozca la serie, que apunte: se llama ‘House’ y la echan todos los martes por la noche a las 22.00 horas en Cuatro.

Pero en realidad había venido para hablar de un par de episodios. En los episodios del martes pasado, cinco años después de que se separaran (¿quién dejó a quién?), el protagonista recibe la visita de su ex-mujer. Su actual marido está enfermo y ningún médico consigue descubrir qué le pasa. Gracias a unos “hipotéticos” casos que el dr. House pone a sus alumnos en una clase de diagnóstico nos enteramos de parte de su pasado, del motivo de su cojera, de la razón de su separación. Y por una pirueta del guión, su mujer se verá en la misma situación con su marido que la que vivió cuando estaba con House y que propició su separación...
No te equivoques, dr. House: ella no ha venido para volver contigo. Quién sabe lo que pudo pasar en otro tiempo. Ahora sólo tenemos claro una cosa: no hay segundas oportunidades...

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1 COMENTARIOS:

Anonymous Anónimo dijo...

No hay segundas oportunidades ¿eh? Afortunadamente te equivocas: Siempre hay segundas oportunidades, sólo que las circunstancias y nosotros ya no somos los mismos.
Lo importante, de todos modos, es que siempre se puede recuperar parte de lo perdido, incluso todo, a pesar de que nuestras segundas oportunidades sean sólo falsas apariencias.

P.D: Tendré que hacer propósito de enmienda y empezar a ver la tele... este tipo me va a caer bien :D

6 de abril de 2006, 21:14  

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