lunes, abril 17, 2006

LO QUE ESTÁ PASANDO POR AHÍ

Engullido por mi sofá, adormecido la mayor parte del tiempo, he pasado esta Semana Santa sin hacer nada, ni útil ni inútil: NADA.
Pero para que no penséis que no sé lo que pasa por el mundo mientras yo cabeceo en la hora de la siesta os dejo un par de apuntes de nuestros vecinos mediterráneos y alguno más cercano.


Apunte 1: Al otro lado de los Pirineos


Desde el pasado mes de febrero teníamos a los estudiantes, sindicatos y partidos de izquierdas franceses movilizados por el denominado Contrato de Primer Empleo (CPE), un “invento” para intentar reducir las tasas de paro entre la juventud francesa según sus impulsores (con Villepin y Chirac a la cabeza) o un paso más hacia el aumento de la precariedad laboral de los jóvenes según sus detractores. Una de sus puntos más polémicos, la intención de ampliar hasta dos años el “período de prueba” durante el cual se permitiría el despido “libre” o injustificado (frente a los seis meses actuales), no es, en opinión de un gran número de franceses, una medida que vaya a facilitar el acceso al empleo de los jóvenes. Y así se lo han estado haciendo saber al gobierno mediante la convocatoria de manifestaciones a lo largo de todo el país.
A comienzos de este mes, la presión popular parecía “convencer” a Chirac de modificar los puntos más conflictivos del CPE. El presidente, con la reforma publicada en el Boletín Oficial del Estado como parte de la Ley de Igualdad de Oportunidades de la que es un artículo más, llegó a pedir que no se aplicara hasta que se estudiara en la cámara su posible modificación. A pesar de este anuncio, los estudiantes siguieron manteniendo las convocatorias de huelga y manifestaciones.
Finalmente, y ante las continuas protestas y manifestaciones, Chirac decidió retirar el CPE y en su lugar aplicar “otras medidas de inserción laboral”.

Envidia (sana) me corroe ante las manifestaciones estudiantiles francesas. ¿Qué pasaría aquí?


Apunte 2: Al otro lado del Mediterráneo


También esta Semana Santa hemos tenido movimiento en la política de otro país mediterráneo: Italia celebró elecciones a Primer Ministro debiendo elegir entre Berlusconi y Prodi. Días antes de la votación, el actual primer ministro se descolgó con unas declaraciones que nos enseñan de verdad de quien estamos hablando y que me recuerdan las rabietas de los niños pequeños: gilipollas quien no me vote.
Y llegaron las votaciones y resultó que, vistos los resultados, la mayoría de los italianos son gilipollas. ¿O no? Ante la victoria de Prodi, que gobernará los próximos cinco años con mayoría en ambas cámaras, la única respuesta de Berlusconi ha sido gritar fraude, para luego proponer una coalición “a la alemana" que Prodi ha desestimado.

Curioso el afán por mantenerse en el sillón de ciertos gobernantes, que cuando se ven obligados a abandonarlo hablan de fraudes y oscuras maquinaciones para derrocarlos.


Apunte 3: De este lado de los Pirineos, de este lado del Mediterráneo


La semana pasada se hizo público el auto del juez Del Olmo acerca de los atentados del 11-M y al día siguiente ya teníamos a los dos principales partidos del país enzarzados en discusiones sobre su significado. Nada nuevo que no hayamos visto antes y que no vayamos a ver después. Sólo lamento el empecinamiento de ciertas personas en hacer querer prevalecer “su versión” de lo que sucedió a toda costa y a cualquier precio, pasando por encima de la memoria de quien sea si hace falta.

Aquí también hubo manifestaciones y votaciones pero no hay peor ciego que el que no quiere ver.



Como veis, el estar ocioso es malo porque pone en marcha extraños procesos cerebrales conocidos como pensamientos e ideas y, como todo buen gobernante sabe, no hay nada peor que personas con ideas propias que piensan por su cuenta y sin hacer caso a lo que les dicen.
No permitáis que eso ocurra, repetid conmigo: beeeeeeeeeee...

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